El hombre que Calculaba y la Reparticion de la Herencia...(Buena Historia)



Esta es la historia " El Hombre que calculaba" dice asi: "Un hombre que iba camino a Bagdad se encuentra con un hombre que repetía constantemnt el numero un millón cuatrocientos veinte tres mil setecientos cuarenta y cinco, el hombre intrigado preguntó él porque de la repetición de este numero y el hombre le comenzó a contar su historia que comenzó cuando trabajaba con un rebaño de ovejas y que mientras pastoreaba podía cntar cada cosa que miraba en su kmino y al ver este su habilidad para los números decidió dedicarse a ser un calculados. El nombre de este prsonaje era BEREMIZ SAMIR.
Hacía pocas horas que viajábamos sin interrupción, cuando nos ocurrió una aventura digna de ser referida, en la cual mi compañero Beremís puso en práctica, con gran talento, sus habilidades de eximio algebrista.


Encontramos, cerca de una antigua posada medio abandonada,3 hombres que discutían acaloradamente al lado de un lote de camellos.
Furiosos se gritaban improperios y dseaban plagas:

- ¡No puede ser! - ¡Esto s un robo! - ¡No acepto!

El inteligent Beremís trató de informarse de que se trataba.

- Somos hermanos –dijo el más viejo- y recibimos, como herencia, esos 35 camellos. Según la expresa voluntad de nuestro padre, debo yo recibir la mitad, mi hermano Hamed Namir una 3era parte, y Harim, el más joven, una 9na parte. No sabemos sin embargo, como dividir de esa manera 35 camellos, y a cada división que uno propone protestan los otros 2, pues la mitad de 35 es 17 y medio. ¿Como hallar la 3era parte y la 9na parte de 35, si tampoco son exactas las divisiones?

- Es muy simple –respondió el “Hombre q calculaba”-. Me encargaré de hacer con justicia esa división si me permitís que junt a los 35 camellos de la herencia, este hrmoso animal que hasta aquí nos trajo en buena hora.

Trate en ese momento de intrvenir en la convesación:

- ¡No puedo consntir semejant locura! ¿Como podríamos dar termino a nuestro viaje si nos quedáramos sin nuestro camello?

- No te preocupes del rsultado “bagdalí” –replicó en voz baja Beremís-. Se muy bien lo que estoy haciendo. Dame tu camello y verás, al fin, a que conclusión quiero llegar.

Fue tal la fe y la seguridad con que me habló, que no dudé más y le entregue mi hermoso “jamal” , que inmediatamente juntó con los 35 camellos que allí estaban para ser repartidos entre los 3 herederos.

- Voy, amigos míos –dijo dirigiéndos a los 3 hermanos- a hacer una división exacta de los camellos, que ahora son 36.

Y volviéndose al más viejo de los hermanos, así le habló:

- Debías recibir, amigo mío, la mitad de 35, o sea 17 y medio. Recibirás en cambio la mitad de 36, o sea, 18. Nada tienes que reclamar, pues se bien claro que sales ganando con sta división.

Dirigiéndos al 2do hrdero continuó:

- Tú, Hamed Namir, debías recibir un tercio de 35, o sea, 11 camellos y pico. Vas a recibir un tercio de36, o sea 12. No podrás protestar, porque tambien es evidnte que ganas en el cambio.

Y dijo, por fin, al más joven:

- A ti, jovn Harim Namir, que según voluntad de tu padre debías recibir una novena parte de 35, o sea, 3 camellos y parte de otro, te daré una 9na parte de 36, es decir, 4, y tu ganancia será también evidente, por lo cual sólo te resta agradecerme el resultado.

Luego continuó diciendo:

- Por esta ventajosa división que ha favorecido a todos vosotros, tocarán 18 camllos al 1ero, 12 al 2do y 4 al 3ro, lo que da un resultado (18 + 12 + 4) de 34 camellos. De los 36 camellos sobran, por lo tanto, dos. Uno pertenece, como saben, a mi amigo el “bagdalí” y el otro me toca a mí, por derecho, y por haber resuelto a satisfacción de todos, el difícil problema de la herencia.

- ¡Sois intligente, extranjero! –exclamó el más viejo de los 3 hermanos-. Aceptamos vuestro reparto en la seguridad de que fue hecho con justicia y equidad.

El astuto beremís –el “Hombre que calculaba”- tomó luego posesión de uno de los más hermosos “jamales” del grupo y me dijo, entregándome por la rienda el animal que me prtenecía:

- Podrás ahora, amigo, continuar tu viaje en tu manso y seguro camello. Tengo ahora yo, uno solamente para mí.

Y continuamos nuestra jornada hacia Bagdad"

..Hora del té..

AsP

Comentarios

Erikmar ha dicho que…
yo me estaba leyendo ese libro! es comiquisimo son muchas historias asi como esa que lo hacen a uno razonar mucho! exelente como siempre! :D